El sexting no es bueno, ni es malo, es una expresión más de nuestra sexualidad, si alguien rompe los acuerdos, difunde tus imágenes íntimas sin consentimiento se llama violencia.
Buscamos reconocer nuestra identidad, saber cómo nos vemos ante una cámara, identificar las etapas de la ruta del sexting para saber qué medidas podemos tomar para tener una práctica más segura.